quinta-feira, 4 de agosto de 2011

GRACIAS POR QUE NOS LLAMAS.



En tu silencio acogedor, nos ofreces ser tu palabra
traducida en miles de lenguas, adaptada a cada situación.
Quieres expresarte en nuestros labios,
con susurro tierno al enfermo terminal,
o con grito valiente que sacuda la injusticia
y libere a otras personas de la ignorancia.
En tu respeto a nuestra historia,
nos ofreces ser tus manos
para tocar, servir, trabajar y producir;
lavar, curar, consolar o abrazar,
llegar en la caricia de los dedos
que alivia la fiebre sobre la frente
o enciende el amor en la mejilla.
Pones en nosotros tu confianza, y nos envías a recorrer caminos.
Nos llamas a ser tus pies y acercarte a las vidas marginadas;
con pisadas suaves para no despertar a los niños que duermen su inocencia,
y pisadas fuertes para bajar a la mina o llevar con prisa una carta perfumada.
Nos llamas a ser tus oídos, para que tu escucha tenga rostro, atención y sentimiento.
Para que no se diluyan en el aire las quejas contra tu ausencia,
las confesiones del pasado que remuerde,
la duda que paraliza la vida, y el amor que comparte su alegría.
Gracias, Señor, porque nos necesitas.
Gracias porque confías. Gracias porque nos llamas.
Gracias porque recibimos de tu amor, nuestra hermosa vocación.

TODOS Y TODAS SOMOS LLAMADOS Y LLAMADAS DESDE LA MIRADA DE CRISTO. Joven estas invitado/a ha dejarte cuestionar por Jesús.

"LA MIES ES MUCHA Y LOS OBREROS SON POCOS"

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