En este mes de octubre el itinerario de evangelización nos propone vivir desde el ENVIO que hemos recibido en nuestra vida de bautizados. Esta dimensión de sentirnos enviados por Cambiar como discípulos de Jesús, el hijo de María, que nos fue entregada al pie de la cruz.
Vivir como Cristiano, es seguir a Jesús. Seguir a Jesús no es caminar detrás de El, sino vivir como El vivió, con los mismos sentimientos que El tuvo mientras vivió entre los hombres.
San Pablo en la Carta a los Filipenses insiste y ruega: “Tengan entre ustedes los mismos sentimientos que Cristo” (Fil. 2, 5). Desde esta honda experiencia de configuración con Jesús en comunidad fraternal es que podemos sentirnos enviados a seguir actualizando el mensaje del Reino.
Nuestra vida está tejida de penas y alegrías; hay momentos, hay días y tiempos en que vivir es una alegría; inclusive si hay momentos de tanta esperanza, de tanta felicidad, que nos parece que todo va a salir bien. Pero hay días y momentos en que la vida es dura y se siente el dolor. ¿Cómo vivió Jesús los momentos de alegría?, ¿Qué sentimientos tuvo El en los momentos de dolor profundo (condenado a muerte) y ¿Cómo se comportó en su glorificación después de la Resurrección?.
Cómo Cristianos no puede dejar de resonar la voz de jesús en nuestros corazones, desde la fuerza entrañable que da la urgencia del Reino de Dios inspirados por la luz y la fuerza del Espíritu Santo es que podemos seguir construyendo Iglesia, como signo visible de un camino que avecina la cercanía de otro mundo mejor posible para toda la humanidad y toda la creación. Fr. José Alberto O.P
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