segunda-feira, 9 de maio de 2011

NO NOS ENVÍES COBARDES

SEÑOR:
No nos envíes cobardes,
que un día dice sí
y a la vuelta del primer surco dejan al arado.



Envíanos operarios de una sola palabra.
Como Tú los quieres, Señor.


Gente noble como Pedro, que te amen de veras
Personas limpias como Juan, que te acompañen siempre.
Corazones ardientes como Pablo, que recorran el mundo.


No entregues la semilla de tu palabra
a los cobardes ni a los temerosos.



Busca pronto gente valiente que no tema a la muerte,
para que todo el mundo llegue a conocerte.



Necesitamos, Señor, corazones enteros,
incapaces de dividirse entre el mundo y tu Iglesia.
Y Tú, que nos conoces a todos,
puedes elegir a los que precisas para tu reino
y a los que sean capaces de hacer crecer tu Iglesia.

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