sábado, 21 de agosto de 2010

La bienaventuranzas del peregrino


Bienaventurado eres peregrino, si descubres que el camino te abre los ojos a lo que no se ve.
Bienaventurado eres peregrino, si lo que más te preocupa no es llegar sino llegar con los otros.
Bienaventurado eres peregrino, cuando contemplas el camino y lo descubres lleno de nombres y de amaneceres.
Bienaventurado eres peregrino, porque has descubierto que el auténtico camino comienza cuando se acaba.
Bienaventurado eres peregrino, si tu mochila se va vaciando de cosas y tu corazón no sabe donde colgar tantas emociones.
Bienaventurado eres peregrino, si descubres que un paso atrás para ayudar a otro vale más que cien hacia delante sin mirar a tu lado.
Bienaventurado eres peregrino, cuando te faltan palabras para agradecer todo lo que te sorprende en cada recodo del camino.
Bienaventurado eres peregrino, si buscas la verdad y haces de tu camino una vida y de tu vida un camino en busca de quien es el Camino, la Verdad y la Vida.
Bienaventurado eres peregrino, si en el camino te encuentras contigo mismo y te regalas un tiempo sin prisas para no descuidar la imagen del corazón.
Bienaventurado eres peregrino, si descubres que el camino tiene mucho de silencio y el silencio de oración y la oración de encuentro con el Padre que te espera.

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