segunda-feira, 5 de julho de 2010

Joven, levanta la juventud!

Viendo Jesús que diferentes sectores se preocupaban por la realidad de la juventud, propuso esta parábola:

Andaba la juventud por los caminos de la sociedad, feliz y agradeciéndole a la vida por todo lo que había dado: familia, amigos, trabajo, escuela, y muchas otras cosas más. Cuando de repente, todavía envuelta en toda su felicidad, fue atacada por todos los VIRUS de la sociedad moderna (consecuencia fatal de nuestro actual sistema), el hedonismo, el individualismo, la pereza, la indiferencia, el orgullo y el más fuerte de todos el consumismo. La juventud calló totalmente capturada, por estas malezas y se quedó allí, tirada en el camino, sumergida en la total destrucción. Incapaz de moverse por sus propias fuerzas, poco a poco, más nadie le prestó atención y se fue quedando olvidada, excluida.

Por casualidad pasaba por ese mismo camino una famosísima ONG, que trabaja justamente con el desarrollo de la juventud, la mira con detenimiento y pensó: “sí, ésta hasta tiene el perfil que nosotros estamos procurando pero, no sé, vamos a ver a dar una vuelta más, quien sabe encontremos algo mucho mejor y que llame más la atención al final, lo que buscamos es que el tema sea llamativo y las condiciones que vemos ésta, nadie se va a interesar, mejor no”.

Pasaban por allí también, dueños de grandes centros comerciales, de revistas de moda, medios de comunicación, promotores de nuevas estrellas y dijeron: “¡uhhhhhhhhhhhhhh, mira eso, ésta está frita, hay no, vamos para otro lado, a quien le interesa una juventud en ese estado, ay no! Dando carcajadas, se alejaron de allí, burlándose de la juventud.

Pero, pasaba por ahí también, la Iglesia, una Iglesia viva, alegre joven, divertida, que por coincidencia iba cantando: “si Dios es alegre y joven…”, cuando algunos tropezaron con el cuerpo desecho y casi muerto de la juventud moderna, se espantaron, gritaron, hicieron el mayor show, cuando se calmaron, fue que pudieron ver bien e identificar que se trataba nada más y nada menos que de la juventud, ay, ay, ay. Se miraron unos con otros y después de quedarse en silencio por un momento, como que intentando interiorizar lo que acaban de ver, comenzaron las manifestaciones.

Unos recomendaron no meterse en más líos y dejar que ella misma se resuelva, pues, nadie la mandaba a estar metiéndose en problemas, otros decían bastante compromiso tenemos y nuestro programa ya está andando y está sintonía con la misión continental y ya no se puede estar agregando más cosas. Además las señoras de las parroquias bastante que rezan por ella y mira que no se lo merece mucho que digamos.

Otros al contrario decían, bueno, pero ustedes ya pensaron que probablemente, si nosotros/as no la acudimos es posible que muera y todavía está viva, ¡miren como se mueve! sólo hay que agarrarla entre todos y ayudarla a levantarse. Porque, miren, no parece que está tan mal, lo que parece más bien, es que le han pasado por arriba varias veces, ¡pobrecita! ¡Vamos entre todos, uno, dos, tres! Y así juntos/as con alegría consiguieron levantar a la juventud y se propusieron encaminarla a un espacio mejor, donde pudiera ser oída, acogida, comprendida. Aunque muchos de los que se sumaron a este proyecto, todavía no estaban muy convencidos y continuaban pensando en su interior con aire de pesimismo: “no va ser fácil, sanarla, bueno, está demasiado machucada”

Y JESÚS PREGUNTÓ: ¿Y USTEDES QUE PIENSAN QUE SE PUEDE HACER?

¿CUÁL ES LA COLABORACIÓN QUE DAS PARA QUE CAMBIE EL PANORAMA?


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