quinta-feira, 17 de fevereiro de 2011

REFLEXIÓN SOBRE LA LIBERTAD.




LIBERTAD, es oportunidad para seguir cultivando el sentido profundo de la libertad.

En el Evangelio encontramos una continua invitación a la LIBERTAD: “Para ser libres nos libertó Cristo. Así pues, manténganse firmes y no se dejen oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud” (Gál 5, 1). Una de las cosas que deberían ser llamativamente diferentes en los cristianos tendría que ser nuestra libertad. La gente debería mirarnos y quedarse desconcertada por nuestra sorprendente libre. Pero ¿qué es la libertad? hay dos clases de libertad

En primer lugar, hay una libertad que denota un estado: «ser libre, estar libre de algo»; un individuo o un pueblo libre es el que no está sometido, el que no tiene trabas para su expresión o su acción. El paso de las cadenas a la libertad es la «liberación». Esta libertad se da de modo más aparente en el terreno político: se habla así de regímenes de libertad y de regímenes dictatoriales. Pero la falta de libertad puede existir también en el interior de la persona, causada por el tabú, el miedo o la sumisión.

Nuestra referencia continúa en el ejercicio y arte de la libertad es Jesús con Él debiéramos seguir configurándonos como mujeres y hombres libres desde su libertad de expresión y de acción y su libertad de opción. Ejerció su libertad ante la doctrina oficial. En su modo de enseñar Jesús no sigue el método tradicional; su enseñanza impresiona a los asistentes a la sinagoga, precisamente por no ser como la de los maestros oficiales (Mc 1,22 ss). No se somete a escuelas de exégesis y rechaza así la doctrina de los letrados y es libre ante las instituciones y la sociedad. En otro terreno, Jesús no respeta las discriminaciones sociales impuestas por la Ley o por la práctica religiosa.

La libertad de Jesús tiene un sentido de la denuncia. No practica la denuncia por sí misma ni la oposición exaltada a todo lo establecido. Si denuncia, no lo hace por el mero deseo de oponerse a los dirigentes, sino para liberar al pueblo del influjo opresor que ejerce sobre él el prestigio de la institución. Para ello pone de relieve las contradicciones entre principios y conducta o entre apariencia y realidad. Ejerce así Jesús su libertad ante los poderosos. Sus mismos enemigos reconocen la libertad de Jesús ante los poderosos (Mt 22,16: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios con verdad; además, no te importa de nadie, porque tú no miras lo que la gente sea»). Jesús es nuestro prototipo de libertad ya que la libertad es un valor por ser la condición indispensable para la creatividad, iniciativa y desarrollo de los seres humanos. Como en Jesús, su objetivo es comunicar vida.

Que sigamos soñando cada día sueños de LIBERTAD, esa LIBERTAD aparece resumida en el maravilloso discurso de Martin Luther King pronunciado el 28 de agosto de 1963,
“Tengo un sueño”. “Cuando todos los hijos de Dios, negros, blancos, judíos y gentiles, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y refrendar las de aquel antiguo espiritual negro: ¡Al fin libres!, ¡por fin libres! ¡Gracias a Dios Todopoderoso, por fin somos libres!”


Les bendigo: Fr. José Alberto OP

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